Carta abierta de un desempleado a los entrevistadores
Hola amigos de mi blog!
No puedo dejar de publicar este post, totalmente inspirada por Agustí López de su blog "Somos personas, no recursos". Soy reclutadora y estoy totalmente de acuerdo con este planteamiento. Espero que les guste y compartas. Hasta la próxima.
Estimados Señores,
Miren, señores. Yo sólo quiero un empleo. Uno en el que volver a sentirme digno, uno que me permita levantarme todas las mañanas con nueva ilusión. Una empresa que me quiera por lo que contribuyo, que me respete y cuente conmigo.
Fuente: https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5181160943509655039#editor/target=post;postID=1904492303078890324
No puedo dejar de publicar este post, totalmente inspirada por Agustí López de su blog "Somos personas, no recursos". Soy reclutadora y estoy totalmente de acuerdo con este planteamiento. Espero que les guste y compartas. Hasta la próxima.

Estimados Señores,
Me
he decidido a escribirles esta carta debido a mi creciente desánimo
sobre mis posibilidades de superar un proceso de selección.
Nunca
se me ha dado bien venderme en las entrevistas ni soy una persona
extrovertida a la que le guste hablar de sí mismo. Sin embargo de lo que
sí estoy seguro es de que soy un buen profesional. Pero es que en los
últimos meses las cosas se han puesto muy difíciles.
Yo
busco una empresa en la que poder trabajar de lo que yo sé, de
contable. Cuando acabé los estudios entré a trabajar en la mayor empresa
de mi ciudad, una pequeña ciudad del interior con un más pequeño
polígono industrial. Se trataba de una empresa que fabricaba piezas para
coches, así que estoy muy capacitado en todo lo que se refiere a
control de costes y análisis de rentabilidad. Nunca tuve necesidad de
cambiar de ciudad o de puesto, jamás nadie pensó que podrían cerrar un
año antes. De hecho entré a trabajar allí porque mi padre era el Jefe de
Taller y pudo arreglarlo hablando con el Director de la Planta. Al ser
su hijo no tuve demasiados problemas para entrar allí y luego todo fue
rodado.
Ha
sido ahora cuándo he tenido que preparar mi curriculum. En el Servicio
de Empleo me ayudó un orientador el cuál de hecho era funcionario desde
muy joven y no había buscado un empleo en su vida. Aún así me
proporcionó mucha información sobre dónde buscar el empleo y cómo
afrontar un proceso. Él ya me expuso las dificultades a las que me
enfrentaba y me puso en aviso de cómo estaba el mercado laboral. Pero se
quedó corto.
Además me aconsejó un curso de Finanzas para no financieros que al final no resultó lo que yo esperaba. Mis compañeros de curso no tenían conocimientos básicos sobre contabilidad y eso hizo que muchas de las sesiones fuesen realmente repetitivas para mí.
Además me aconsejó un curso de Finanzas para no financieros que al final no resultó lo que yo esperaba. Mis compañeros de curso no tenían conocimientos básicos sobre contabilidad y eso hizo que muchas de las sesiones fuesen realmente repetitivas para mí.
Tengo
48 años y llevo ya más de uno en el paro. Me cuesta conseguir
entrevistas, entiendo que la edad es un inconveniente, pero les aseguro
que yo estoy dispuesto a trabajar como el que más. Ni mis conocimientos
son obsoletos ni mis prácticas anticuadas. No comprendo como mi
experiencia no es un valor seguro para muchas empresas; conozco mi
trabajo en profundidad, algo que cuesta muchos años de dedicación. Y
ahora me siento robado, dejado de lado por todos.
No
entiendo muchas de las preguntas que ustedes hacen en las entrevistas.
En la última la entrevistadora, que tendría por lo menos 20 años menos
que yo, dedicó más tiempo a preguntarme por mis aficiones y gustos que
por mis conocimientos de contabilidad. De hecho ella no conocía con
profundidad las tareas que yo domino ni mucho menos las herramientas
informáticas que utilizo con regularidad. Así que , ¿cómo iba a saber
valorarme en justa medida?
Me
cuesta comprender algunas de las pruebas que me hacen pasar. Recuerdo
especialmente una en la que junto a otros candidatos teníamos que ir
listando palabras que empezasen por P. ¿Con qué finalidad? Lo
desconozco. En otra prueba había que emparejar fichas de dominó según
una serie a completar.
Pero en ningún caso nadie me hizo cuadrar un balance, realizar un mínimo análisis de rentabilidad o ni siquiera poner a prueba mi habilidad con la informática.
Pero en ningún caso nadie me hizo cuadrar un balance, realizar un mínimo análisis de rentabilidad o ni siquiera poner a prueba mi habilidad con la informática.
Otras
de las preguntas más hipócritas a las que he tenido que responder es
que porqué me había presentado al proceso, o qué es lo que yo esperaba
de la empresa, o si me había informado antes sobre ellos. Pero, ¿qué más
dará? ¿De verdad eso es determinante?
En el último proceso justo antes de acabar el entrevistador me pidió que le diera una razón por la que debía contratarme a mí y no a ningún otro candidato. ¡Pero si no les conozco!, ¿cómo voy a compararme? ¿Qué quiere que le diga? ¿Que le mienta? ¿Es eso? ¿Se trata de decir las palabras clave, justo esas que están deseando escuchar?
Un entrevistador que tendría la edad de mi hermano pequeño estuvo preguntándome sobre mi grado de implicación y compromiso en las empresas en las que había estado trabajando. Me pidió saber si me había informado de su empresa con antelación, si conocía los productos que fabricaban, si sabía en definitiva cuáles eran sus valores.
En el último proceso justo antes de acabar el entrevistador me pidió que le diera una razón por la que debía contratarme a mí y no a ningún otro candidato. ¡Pero si no les conozco!, ¿cómo voy a compararme? ¿Qué quiere que le diga? ¿Que le mienta? ¿Es eso? ¿Se trata de decir las palabras clave, justo esas que están deseando escuchar?
Un entrevistador que tendría la edad de mi hermano pequeño estuvo preguntándome sobre mi grado de implicación y compromiso en las empresas en las que había estado trabajando. Me pidió saber si me había informado de su empresa con antelación, si conocía los productos que fabricaban, si sabía en definitiva cuáles eran sus valores.
Miren, señores. Yo sólo quiero un empleo. Uno en el que volver a sentirme digno, uno que me permita levantarme todas las mañanas con nueva ilusión. Una empresa que me quiera por lo que contribuyo, que me respete y cuente conmigo.
Fuente: https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5181160943509655039#editor/target=post;postID=1904492303078890324
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