jueves, 31 de mayo de 2012

"Dime cómo despides y te diré cómo tratas a los empleados de tu empresa".

Los empresarios tienen tendencia a cuidar mucho el proceso de integración de un nuevo empleado mientras que el despido se suele hacer deprisa y corriendo, a veces incluso a través de una carta. Se trata de un momento que asusta a muchos, porque es difícil de controlar. Sin embargo, el proceso de desvinculación es tan importante como el de integración: es un acto fundamental de liderazgo. 





En primer lugar, lo es para los empleados afectados por el despido. Para ayudarles a "pasar página" hay que formar al empresario para que sea lo más objetivo posible: debe explicarles los motivos del despido, por qué fueron elegidos en lugar de otros y también las condiciones de la salida. Este momento puede ser una ocasión para destacar los puntos fuertes del empleado y empezar a sugerirle pistas para un empleo futuro.

Es esencial que el jefe no cree falsas expectativas y que no pronuncie frases como: "Te llamaremos cuando las cosas mejoren". También es importante garantizar el mismo trato a todos los empleados afectados por un plan de despido, más aún cuando están trabajando en varias ciudades. 

Recientemente, una empresa multinacional del sector servicios, que ya había integrado esta idea en su política de gestión de los recursos humanos, nos pidió apoyo para llevar a cabo un proceso de despido que afectaba a 20 agencias repartidas en todo el territorio nacional. 

La dirección deseaba garantizar un despido digno a cada empleado, pero los responsables de agencia, la mayoría comerciales, no tenían experiencia en este ámbito y el director de recursos humanos no podía hacer tantas entrevistas en un periodo de tiempo tan limitado. 

Por ello, nos pidieron dar sesiones de formación y coaching a los responsables de agencia encargados de comunicar los despidos. En un solo día mandamos a 20 consultores por diferentes lugares de España para que prepararan los jefes directos. 

En ningún caso para sustituirles. Un acto de gerencia no se puede "subcontratar" y menos a una empresa exterior. El acto de despido también constituye un mensaje del empresario para los empleados que se quedan. Un trato digno y humano en el despido es un ejemplo de que existe un trato digno y humano en la empresa: "Dime cómo despides y te diré cómo tratas a los empleados de tu empresa". 

Fuente:http://www.psicologosorganizacionales.net/2012/05/eres-como-despides.html

"Lo que diferencia a una empresa que tiene éxito de otra que no lo tiene son, ante todos, sus recursos humanos".
-Anónimo-