Dónde amarrar el caballo

¿Dónde amarrar el caballo? “El caballo se amarra donde diga el dueño, aunque se ahorque” En el mundo corporativo, siempre se ha dicho que “el caballo se amarra donde diga el dueño, aunque se ahorque”. La primera ley de “Las 48 leyes del poder” de Robert Greene respalda esta mentalidad: nunca le lleves la contraria a tu jefe. Suena sensato, ¿verdad? No hagas sombra, sigue las reglas, mantén la paz. Y es cierto, en muchos casos, cuestionar puede ser arriesgado. Pero, ¿qué pasa cuando ese “caballo amarrado” está perjudicando a toda la organización? Desde mi experiencia trabajando con equipos y líderes, he visto de primera mano cómo, por miedo a contradecir al jefe, las empresas se hunden en prácticas obsoletas o toman decisiones mediocres que no benefician a nadie. Es una mezcla fatal de conformismo de los empleados y egos mal gestionados de los líderes. Recuerdo una historia que ilustra bien esto. Estábamos en una reunión con el equipo de gerentes de una empresa que quería mejorar un pr...